La UE aprueba un Plan para reducir las capturas de aves marinas

La UE publica hoy un Plan de Acción dirigido a reducir al mínimo las capturas accidentales de aves marinas en artes de pesca. Un 38% de las 346 especies de aves marinas en el mundo se encuentran amenazadas, y su talón de Aquiles en el mar son las capturas accidentales en palangres, redes fijas y otros artes de pesca.

Europa, un problema largamente ignorado

La alarma saltó hace casi dos décadas en el hemisferio sur, donde las capturas accidentales en artes de palangre llevó al borde de la extinción a varias especies de albatros y petreles. Pero el problema no se limita a los albatros y petreles de los mares del sur, donde hasta ahora recaía toda la atención, ni es exclusivo de la pesca de palangre. En efecto, también es un grave problema en Europa, aunque ha pasado más desapercibido y existen aún varias lagunas de información. Aún así, se estima que cada año mueren más de 200.000 aves marinas en artes de pesca en la UE, algunas de ellas seriamente amenazadas, sobretodo en palangres y redes fijas.

El Plan de Acción, primer paso para abordar el problema en Europa

El Plan de Acción europeo tiene por objetivo minimizar, y cuando sea posible eliminar las capturas accidentales de aves marinas en la UE y en las aguas exteriores allí donde pesquen buques europeos. Incluye acciones para promover la adopción de medidas de mitigación, la mejora de la información, el desarrollo de nuevas medidas técnicas y la formación de pescadores. “BirdLife International y SEO/BirdLife seguirán trabajando para que el plan reciba cobertura legal, en el marco de la actual reforma de la Política Pesquera Comunitaria, que deberá aprobarse en 2013”, comenta Asunción Ruiz, Directora Ejecutiva de SEO/BirdLife.

Reducción de las capturas, un reto abordable

Evitar las capturas accidentales puede ser relativamente fácil. Por ejemplo, una ligera modificación de los hábitos de los pescadores a bordo (calar de noche, no descartar mientras se cala o iza el arte, trabajar sin luces de cubierta), o la aplicación de medidas técnicas relativamente sencillas (“líneas espantapájaro”, sistemas de hundimiento rápido, etc) pueden reducir sustancialmente las capturas de aves en palangres. Así, BirdLife International ha liderado programas para reducir las capturas accidentales en regiones como el Atlántico sur, donde la mortalidad ha descendido en más de un 90%. El desarrollo de medidas de mitigación ha recibido menos atención en el caso de otros artes pesqueros, pero actualmente se trabaja en sistemas para reducir las capturas en redes fijas y otros métodos de pesca.

Capturas accidentales, un problema para todos

Las capturas accidentales no son solo un problema para las aves, sino también para los pescadores, ya que la captura de las aves representa pérdidas de presas potenciales y molestias diversas. “Es vital implicar al sector pesquero desde el principio, y trabajar conjuntamente para buscar soluciones que beneficien a todos”, comenta Pep Arcos, coordinador del Programa Marino de SEO/BirdLife. “El Plan de Acción representa una gran oportunidad para que el sector pesquero y los Estados Miembros aborden el problema concienzudamente, y SEO/BirdLife confía en que no la dejarán pasar”.

En España, SEO/BirdLife cuenta con una considerable experiencia en el estudio de las capturas accidentales, iniciado hace más de una década. En este tiempo se ha recogido información mediante el embarque de observadores en pesqueros, las prospecciones de aves orilladas, la realización de encuestas a pescadores, talleres de participación, etc. Este trabajo se ha intensificado recientemente, en el marco de los proyectos Interreg FAME y LIFE+INDEMARES. Hoy se sabe que miles de aves mueren en aguas españolas cada año, encontrándose entre las más afectadas la endémica y críticamente amenazada pardela balear, de la que se conocen capturas de hasta más de 100 aves en una sola calada de palangre. Asimismo, la captura en redes de enmalle parece ser la principal causa de la práctica extinción del arao ibérico, que en Galicia (su último reducto) ha pasado de unas 3.000 a apenas una o dos parejas en cincuenta años.

Pep Arcos | SEO/BirdLife