ONGs y sindicatos reclaman medidas para reducir la exposición a tóxicos

– Greenpeace, Ecologistas en Acción, CC.OO., UGT, ASQUIFYDE y la Fundación Vivo Sano piden a Arias Cañete que traslade este mensaje a los ministros europeos de Medio Ambiente durante las reuniones sobre el, que comienzan mañana

– Distintos informes publicados por la Comisión Europea recogen los efectos negativos de los disruptores endocrinos y otras sustancias tóxicas, que pueden llegar a causar cáncer, obesidad, diabetes o alteraciones neurológicas, entre otras enfermedades

Greenpeace, Ecologistas en Acción, CC.OO., UGT, ASQUIFYDE y la Fundación Vivo Sano han pedido al ministro de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, Miguel Arias Cañete, que solicite a la Unión Europea medidas para reducir la exposición a disruptores endocrinos, nanopartículas y “sustancias de elevado nivel de preocupación” ante la creciente evidencia científica que relaciona estas sustancias tóxicas con numerosas enfermedades. Esta petición se realiza de cara a la reunión que mantendrán los ministros de Medio Ambiente de la UE para preparar el 7º Programa de Acción en Medio Ambiente (PAM). El encuentro, que se celebrará del 17 al 19 de abril, tiene como objetivo integrar todas las políticas comunitarias de este ámbito. Según distintos informes de la propia Comisión Europea, cada vez está más clara la influencia de estas sustancias en el desarrollo del cáncer, obesidad, diabetes, sensibilidad química múltiple o alteraciones cardiovasculares y neurológicas, entre otras enfermedades.

En una carta enviada al ministro de Agricultura y Medio Ambiente, estas organizaciones le transmiten su preocupación “por la falta de protección de la salud humana y del medio ambiente por la exposición a todos estos elementos, que suponen una grave amenaza, en particular durante las primeras etapas de la vida”. Por eso, solicitan a Arias Cañete que pida que el 7º PAM incluya objetivos claros, plazos específicos y recomendaciones políticas orientadas a aportar soluciones, “ya que la actual normativa europea no aborda suficientemente estos temas”. En opinión de estas organizaciones, el 7º PAM debería contribuir a cerrar los vacíos legales y a mejorar el cumplimiento de la normativa existente.

En cualquier caso, subrayan que no se debe esperar al 7º PAM para tomar medidas sino que se deben dar pasos urgentemente para prevenir la exposición a sustancias peligrosas a través de medidas de ámbito nacional y europeo.

Disruptores endocrinos (EDC)

Los disruptores endocrinos suponen una importante amenaza para la salud y el medioambiente. Hay una evidencia científica creciente que relaciona muchos daños a la salud humana con la exposición a EDC, como cánceres hormono dependientes (mama, testículos, próstata), obesidad, diabetes, enfermedades cardiovasculares, problemas de salud reproductiva, o alteración de desarrollo cerebral. El reciente informe ‘Estado del Conocimiento Científico sobre EDCs’[1] publicado por la Comisión Europea proporciona evidencia alarmante de que los efectos negativos de los EDC están siendo subestimados y que la normativa Europea actual no aborda adecuadamente este problema. El informe señala las deficiencias de los actuales métodos de muestreo y también señala el camino a seguir.

Mezclas de sustancias químicas

Cada día estamos expuestos a mezclas de sustancias químicas sintéticas a través del aire que respiramos, los alimentos y el agua que ingerimos, así como a través de todo aquello que entra en contacto con nuestra piel. Y aunque el nivel de exposición a sustancias individuales es, en general, inferior al nivel al que pueden ocasionar daños por sí mismos, la evidencia científica muestra que no se puede predecir la combinación de la multitud de sustancias químicas tóxicas con las que entramos en contacto, ya que se presentan los fenómenos de aditividad, sinergismo y antagonismo. Es decir, todas esas sustancias actúan conjuntamente, produciendo como efecto final un “cóctel químico” potencialmente peligroso.

El informe ‘Estado del conocimiento sobre la toxicidad de mezclas’, encargado por la Dirección General de Medio Ambiente de la Comisión Europea, señala que “existe un consenso en el campo de la toxicología de mezclas de que la evaluación de riesgos pensando sólo en las sustancias individuales puede ser demasiado simple. Corremos el peligro de subestimar el riesgo para la salud humana y el medio ambiente de las sustancias químicas”. Por ello, los enfoques actuales de la evaluación de riesgos deben ser revisados urgentemente.

Nanomateriales

Se pueden encontrar nanomateriales en una amplia gama de productos de consumo, como cosméticos, ropa, material deportivo, pinturas, envases de alimentos y aditivos. Debido a sus novedosas propiedades, las nanopartículas presentan riesgos singulares para la salud y el medio ambiente. Los daños toxicológicos y ecotoxicológicos potenciales de las nanopartículas incluyen daños al ADN, daños al desarrollo fetal por transferencia a través de la placenta, enfermedades tipo asbestosis y daño a organismos terrestres y acuáticos. Las pruebas de seguridad llevadas a cabo con los materiales en su forma masiva no son apropiadas para extrapolar a nivel nano, por lo que los niveles de seguridad son impredecibles.

El actual marco normativo no aborda adecuadamente los riesgos ocasionados por los nanomateriales. El Reglamento REACH no contiene ninguna provisión específica en relación a umbrales, información a aportar, informe de seguridad o trazabilidad de nanomateriales[2]. A pesar de la fuerte presión por parte de organizaciones sociales, del Parlamento Europeo y de algunos Estados Miembro, la Comisión Europea aun no ha propuesto herramientas adecuadas que aseguren una producción, uso y gestión de fin de vida seguros para los nanomateriales. Una vez que el término “nanomaterial” ha sido finalmente acordado, el Consejo debe solicitar a la Comisión Europea que actúe sin más dilación.

Sustancias de elevado nivel de preocupación (SVHC) en REACH

REACH ha supuesto un importante avance en la gestión de sustancias químicas en la UE. Sin embargo tiene algunas lagunas que deben ser abordadas con urgencia, en particular la lentitud en implementar las provisiones sobre SVHC. Por ello solicitamos la inclusión en el 7º PAM del objetivo político de conseguir la sustitución de todos las SVHC conocidas o sospechosas[3] antes del 2020. Debería garantizar la promoción de la química verde, en línea con la agenda de mejorar la eficiencia de los recursos y la introducción de instrumentos económicos para apoyar la consecución de los objetivos en línea con el principio de quien contamina paga, por ejemplo un mecanismo financiero en base a las SVHC sin coste para las administraciones públicas. Además, es necesario abordar las lagunas en la normativa sobre productos en relación a SVHC. Estas propuestas están en línea con el objetivo del 6º PAM “procurar lograr, dentro de una generación (2020), que los productos químicos sólo se produzcan y utilicen de forma que no generen repercusiones negativas importantes en la salud y el medio ambiente”.

Vicente Barcia | www.ecologistasenaccion.org