Biodiversidad: plantas inteligentes

nopalDecir que algunas plantas son inteligentes, así, a bote pronto, puede parecer atrevido. Pero en sentido literal, y según la primera acepción del diccionario de la RAE, las plantas no son capaces de entender, pero de manera más general y de acuerdo con la segunda acepción, sí que son capaces de resolver problemas, aunque realmente no se trate de inteligencia, sino de una reacción defensiva. 

Recientes investigaciones muestran que las plantas de tabaco realizan llamadas químicas de socorro para atraer insectos depredadores contra las orugas que se comen sus hojas.

Silke Allmann del Swammerdam Institute of Life Sciences en Amsterdam y Ian Baldwin del Max Planck Institute of Chemical Ecology de Alemania acaban de publicar un trabajo en Science demostrando que la señal química enviada por las plantas de tabaco atraen a los Geocoris que atacan a las orugas de la Manduca sexta, un esfíngido que arruina las cosechas de tabaco gracias a su capacidad para destoxificar y excretar la nicotina ingerida, que en regiones como Florida, desarrolla hasta cuatro generaciones anuales.

Los Geocoris son un género de hemípteros vulgarmente conocidos como chinches de ojos grandes, muy beneficiosos para la agricultura por ser predadores de otros insectos.

Los científicos han descubierto que la saliva de las orugas origina un cambio químico en las hojas segregándose sustancias volátiles, cuyo efecto probaron ideando el siguiente experimento: pegaron huevos de oruga en dos grupos de plantas de tabaco, añadiendo a uno de ellos saliva de oruga. Comprobaron que la cuarta parte de los huevos de este grupo fueron devorados por los Geocoris atraídos, mientras que en el otro grupo sólo se perdieron un 8% de los huevos.

Otras solanáceas atacadas por los esfíngidos, como los cultivos de tomate sherry están siendo protegidas mediante métodos similares de control de plagas, con avispas parásitas, que no tienen efectos tóxicos secundarios como los plaguicidas.

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