"Desconocemos más de dos tercios de especies mundiales, cuya destrucción aceleramos sin descubrirlas"

manglaresLas estimaciones sobre biodiversidad cifran entre seis y cien millones el número de especies que habitan la Tierra. Los científicos conocen, en el mejor de los casos, menos de un tercio. Cada vez se descubren más especies, pero el ritmo de destrucción, causado por el ser humano, provoca la extinción de muchas de ellas sin que se conozcan ni se puedan aprovechar. Son algunas de las conclusiones de Francisco Pando, responsable en España de GBIF (Infraestructura Mundial de Información en Biodiversidad). Esta organización intergubernamental se autodefine como el proyecto «Genoma Humano» de la biodiversidad, ya que su objetivo es proporcionar información de base sobre los seres vivos en la Tierra y dar acceso público a millones de registros de miles de colecciones, proyectos y administraciones. 

¿Cuanta información dispone la GBIF sobre la biodiversidad del planeta?

En la actualidad, se han descrito cerca de dos millones de especies. De más de la mitad sólo se conocen uno o muy pocos ejemplares.

¿Y cuántas especies se estima que faltan por descubrir?

La biodiversidad es un concepto complejo que desafía en número y complejidad a nuestro entendimiento. Las estimaciones más conocidas y respetadas cifran este número entre seis y cien millones. Esta disparidad da idea de lo mucho que falta por saber, una información que puede ser vital para la medicina o para combatir plagas o sequías. A pesar de ello, los medios dedicados a estudiar la biodiversidad son ridículos si se comparan con los de otras disciplinas científicas.

Andrew Hamilton, de la Universidad de Melbourne, asegura que el número de especies sería menor que esas estimaciones, unos cinco millones y medio. ¿Quién está en lo cierto?

Al ser estimaciones, se llega a diferentes números en función de los datos de partida (sobre los que en general hay consenso) y de la metodología aplicada. En el planeta puede haber tanto cinco millones como cien millones de especies biológicas. El hecho es que, en el mejor de los casos, conocemos menos de un tercio y que al destruir o alterar los ecosistemas naturales, se acelera su desaparición sin que dé tiempo a descubrirlas y estudiarlas.

2010 es el año de la biodiversidad. Sin embargo, varios expertos ya han señalado que no se van a conseguir los objetivos de la Convención de Diversidad Biológica. ¿Está de acuerdo?

Ya nadie discute que a finales de este año no se estará ni siquiera cerca de alcanzar el objetivo de «reducir significativamente el ritmo actual de pérdida de la diversidad biológica en los planos mundial, regional y nacional como contribución a la mitigación de la pobreza y en beneficio de toda la vida sobre la Tierra».

¿Por qué?

Las causas son complejas. La respuesta corta es «porque los países no han hecho lo suficiente». A partir de ahí, hay páginas y páginas sobre las razones. Es verdad que se trabaja para aprender de este fracaso y se toman acciones, pero no lo bastante deprisa. Parece que hasta que el aire sea irrespirable, falte el agua potable, nos muramos de enfermedades que se desarrollan de la nada o no haya comida, no se parará, aunque mucho antes se habrá hecho de la Tierra un lugar inhabitable. Para ser «los listos» de las especies biológicas no lo hacemos muy bien. La biodiversidad tiene consecuencias muy directas sobre nuestro estar en la tierra y nuestro futuro.

Entonces, estará de acuerdo con el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), desde donde se asegura que en la actualidad se causa una sexta extinción masiva de especies provocada por el ser humano.

En efecto, si las pasadas grandes extinciones las provocaron fenómenos naturales dramáticos (la última, hace 65 millones de años, causada por el impacto de un meteorito gigante), en la actual el responsable es el Homo, supuesto, Sapiens. Un dato: las zonas tropicales concentran la mayor parte de la biodiversidad del planeta y el ritmo de destrucción de la selva tropical es del 1% anual.

¿Qué principales resultados ha logrado la GBIF hasta ahora?

Desde los portales de la GBIF (internacional y para España), cualquiera puede obtener respuestas sobre qué especies hay en qué sitio y cuándo se registraron. Ahora están disponibles más de 200 millones de registros. No obstante, están orientados a científicos y profesionales y, por ello, las consultas han de hacerse por el nombre científico. Si se quiere saber dónde se encuentran níscalos, hay que introducir «Lactarius deliciosus». Se pueden combinar con datos geográficos, climáticos, moleculares y de otra índole para hacer análisis que den respuesta a cuestiones científicas y sociales (planificación y conservación del territorio, etc.).

El GBIF se ha puesto como plazo 2012 para publicar en Internet, de forma gratuita, toda la información disponible sobre los organismos vivos conocidos en el mundo. ¿Lograrán su objetivo?

Vamos a estar lejos de hacer disponible «toda» la información disponible. Sin embargo, los logros de GBIF no han sido insignificantes. Nunca antes ha sido posible tener una idea representativa de qué especies se han registrado para un territorio, quién las registró, dónde están los ejemplares científicos estudiados, con qué intensidad se prospectó el territorio, cuándo, etc. Se sabe más que nunca y, por tanto, qué falta por saber. GBIF ha revolucionado la manera de conocer y gestionar la biodiversidad.

Después de 2012, ¿se seguirá algún trabajo más?

Es de esperar que GBIF se consolide como infraestructura científica de datos de biodiversidad. Por una parte, queda una ingente cantidad de datos de especies que agregar. Por otra, es necesario que GBIF se integre con otras infraestructuras científicas afines, como algunas de datos moleculares o ecológicos.

¿GBIF tiene relación con proyectos como la Enciclopedia de la Vida o el Catálogo de la Vida?

Estas tres iniciativas colaboran y se complementan. GBIF utiliza los datos del Catálogo de la Vida para la «navegación» por la clasificación biológica y los nombres de las especies. La Enciclopedia de la Vida está enlazada con GBIF para dar información sobre ejemplares y presencia de cada especie.

¿Cómo consiguen financiarse?

GBIF se mantiene por sus 53 países miembros, en su mayoría, a través de los ministerios de Ciencia. En España, el Ministerio de Ciencia e Innovación apoya y financia el nodo nacional, que implementa el CSIC (Consejo Superior de Investigaciones Científicas). El Nodo GBIF de España está muy distribuido, con más de 50 entidades repartidas por casi todas las comunidades autónomas. Gracias a ellos, se sirven más de seis millones de registros de especies.

¿Cuántas personas trabajan en GBIF internacional? ¿Y en España?

En todo el mundo, miles de personas contribuyen a GBIF. El secretariado internacional, ubicado en Copenhague (Dinamarca), tiene una plantilla de 20 personas. En la Unidad de Coordinación de GBIF España se ha pasado de nueve a seis personas, tras los recortes presupuestarios de este año. El trabajo de las personas que trabajamos «para GBIF» se centra en los aspectos más informáticos de la infraestructura. Esta parte del trabajo puede resultar menos vistosa y atrayente, pero los datos biológicos y la gente que los genera y compila son lo más importante en GBIF.

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